Con el color de luz o la temperatura de color adecuados, especificados en Kelvin (K), puede aumentar su capacidad de concentración. Para ello se recomienda una luz más fría con un alto componente azul a partir de aprox. 4.000 K, que tiene un efecto activador y favorecedor de la concentración en nosotros. Para una lectura relajada por la noche, son más adecuadas las luminarias con un acogedor blanco cálido con un máximo de 3.000 K. Una muy buena reproducción cromática es también de crucial importancia. Las lámparas de espectro completo alcanzan un valor CRI de 95 o superior, lo que significa que los colores de las superficies u objetos iluminados se reproducen casi fielmente a la realidad.